Hace poco estuvimos en una reunión con unos amigos, y dentro de ellos se encontraba un abogado. Conversando sobre el deporte y los deportistas mi amigo me comentó sobre una reunión que había tenido hacía pocos días con algunos atletas del medio nacional. Curiosamente el tocó el tema de su apariencia y la forma en que estos deportistas se hicieron presentes a la dicha cita. Según lo que él comentó estos deportistas se presentaron a dicha reunión con gorras, camisetas sin mangas y en pantalonetas.
Aunado a esto en las últimas semanas he visto algunas entrevistas a futbolistas nacionales y me ha llamado la atención algunas de las más recientes modas con las que se presentan ante los medios de comunicación.
Para finalizar, dado la reciente polémica bajo la cual se ha visto envuelto el ciclista nacional Andrey Amador, me parece que este tema tomó todavía mayor importancia.
Un atleta que tenga la oportunidad de aparecer ante diferentes medios nacionales, también tiene la posibilidad de exponerse a sí mismo como marca. Ahora bien, no quiero que crea que estoy en contra de las gorras, las camisetas sin mangas o las pantalonetas. Obviamente este tipo de indumentaria es bastante cómoda. Nuestro “problema” no radica en la vestimenta, sino en la ocasión en la que se usa.
Hace unos años nos encontramos con una persona que había jugado en la liga española cerca de 20 años atrás. Uno de los puntos que más nos llamó la atención durante la charla fue cuando dicha persona comentó sobre el código de vestimenta implementado por el club durante la temporada. Tal y como él lo comentaba, los clubes habían comprendido que la apariencia de los jugadores –por lo menos durante actividades en las que involucraban al club- guardaban una relación directa con la imagen del mismo. Es obvio que al tratarse de atletas no se debe esperar que estos anden en traje siempre; sin embargo, la forma de presentarse guarda una estrecha relación con el dónde y el cuándo.
Otros aspectos estrechamente relacionados con este tema tienen que ver con la forma de expresarse, así como el manejo de situaciones. En este apartado hacemos la salvedad de que obviamente la práctica y la experiencia son un factor influyente en este tema; no obstante, es importante hacer comprender a los atletas más jóvenes que la forma en que se desenvuelvan ante los medios de comunicación traerá beneficios o consecuencias según sea el caso.
Ahora bien, es claro que contar con la ayuda de especialistas o consultores de imagen haría que la curva de aprendizaje para todos los actores involucrados sea más rápida y llevadera. Este tipo de persona no sólo está en la capacidad de ayudar a instituciones o individuos a mejorar la forma en que son percibidos, sino también a limar viejas asperezas entre clubes (atletas, directivos, etc) y los medios de comunicación.
Es aquí donde nos gustaría tomar una situación reciente con el objetivo de entender como la madurez de una atleta y el adecuado manejo de las relaciones públicas pueden ayudar a aliviar una situación que en primera instancia podría causar daños en la imagen del deportista, así como las de su equipo o patrocinadores.
Como ya ha sido ampliamente cubierto por la prensa costarricense, el ciclista nacional Andrey Amador –máximo exponente del ciclismo tico y ganador de una etapa en el Giro de Italia- es detenido en una de las principales pistas del país por un oficial de tránsito que le solicita detenerse y el cual le confisca su bicicleta, al estar el deportista entrenando en un lugar considerado no apto para este tipo de actividad. En primera instancia, el atleta hace el reclamo respectivo a través de sus redes sociales, lo cual causa la indignación de mucha gente al tratarse de una figura querida y respetada por la población. Sin embargo, es aquí donde la historia toma un giro un tanto inesperado.
Pocas horas después la policía de tránsito revela unos videos donde se ve al deportista tratando al oficial de tránsito de manera altanera y despectiva. Esto claramente enciende el enojo y la indignación de propios y extraños e incluso de muchas de las personas que inicialmente defendieron al pedalista.
En situaciones como éstas es donde el manejo de medios de comunicación empieza a jugar un papel importante. Es aquí donde el uso de varias estrategias o escenarios pudieron haber sido usadas. Es bajo estas circunstancias donde el deportista y sus allegados pudieron haber decidido alejarse de la prensa sin mayor razón o donde el deportista pudo haber insistido en su causa, proclamando “la guerra” a las autoridades que le habían incautado su bicicleta.
A pesar de todo lo anterior, el deportista (y nos imaginamos que algunos de sus asesores de imagen a nivel personal o de su equipo) trazan una serie de eventos que ayudan a disminuir la proporción del conflicto. Todo inicia con una disculpa pública que el deportista hace mediante sus redes sociales.
Para el día siguiente se pacta una rueda de prensa en las instalaciones del Ministerio de Obras Públicas y Transporte, en la cual Andrey, de manera muy humilde y mesurada, extiende una disculpa pública por sus acciones y se declara responsable de la situación.
Humilde. Sencillo. Humano. Así se presentó Andrey. Y ante dicha combinación de factores es difícil criticar y crear anticuerpos. Ahí murió la noticia y el enojo popular. Andrey se había reivindicado.
Finalmente y para concluir, mencionamos al principio que el adecuado manejo de los medios puede mejorar no sólo la imagen del atleta, sino también la de aquellas organizaciones deportivas y comerciales cercanas al mismo. Para muestra de esto tomaremos al mismo Andrey, quien habiendo podido hacerse presente a la rueda de prensa pactada en cualquier tipo de vestimenta, lo hace vistiendo el uniforme de su equipo y patrocinador. ¿Coincidencia? Podría ser, pero tenemos nuestras dudas.
Al final de la rueda de prensa y en un acto de caballerosidad y respeto, el afamado ciclista se funde en un apretón de manos con los jerarcas de la policía de tránsito. Un apretón de manos que no sólo lima asperezas, sino que también muestra su lado humano. Un apretón de manos que al día siguiente aparece en los principales medios de comunicación del país, creando alegría y alivio en el atleta, los policías de tránsito, los patrocinadores y el seguidor deportivo.
Y así esta lección en imagen y relaciones públicas ha terminado.
Muchos le llaman cultura otros arrogancias, pero la palabra correcta es educación, a menudo vemos a deportistas (imagen) el cual viven él día a día de su estrellato, muchos de manera concentrada y anuente a lo que está pasando en ese momento otros queriendo llevarse el mundo por delante.
Estos valores tiene que ser enseñado en su formación inicial, la educación deportiva va más allá del talento.
Hoy día tenemos varios tipos de formadores. Formadores de talentos, formadores de atletas y formadores de personas de bien.
Si cada formador que trabaja con niños saca parte de su tiempo a la formación de un atleta que será ejemplo en el futuro, trabajando en la parte mental de los atletas. Entonces tendremos personas capaces de entender estas situaciones.